lunes, 21 de octubre de 2019

HOY AQUÍ....



  “Lo que convierte la experiencia del divorcio en algo horrible, en parte, es la ambivalencia emocional. Hay personas incapaces de permanecer en un estado únicamente de pena, ira o tristeza al pensar en un ex cónyuge. Porque los sentimientos pueden aparecer entremezclados en un incómodo guiso de emociones contradictorias durante años. Por eso nos puede suceder que echemos de menos a un marido al que no soportamos. Por eso nos puede preocupar la salud de nuestra ex esposa aunque nos saque completamente de quicio. Es algo absolutamente desconcertante. Lo más normal es que ni siquiera sepamos quien tiene la culpa de verdad. En la mayoría de los divorcios que conozco, ambos bandos (excepto si uno de los implicados era un psicópata declarado) fueron responsables, al menos en parte, del fracaso de la relación (…)

No voy a renunciar al amor, que conste, porque sigo creyendo en él. Pero quizá sea ése el problema. Puede que el divorcio sea el impuesto que pagamos entre todos por atrevernos a creer en el amor, o al menos por atrevernos a unir el amor a un contrato social tan importante como el matrimonio (…)

Así que ¿adónde nos lleva esto? ¿Para qué necesito yo una pareja? La necesito porque resulta que la adoro, que su compañía me da alegría y placer, y que como decía el abuelo de una amiga mía, “a veces la vida es demasiado dura para estar solo y otras demasiado buena para estar solo”.


-Elizabeth Gilbert (en la foto)







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3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿La ambivalencia emocional acontece cuando el discurso amoroso deja de ser
monoléptico y solisísmico? ¿Cuando se recupera la vista y se saca la cabeza de esa alberca sin luz que llueve tu ceguera?
¿La ambivalencia no vendrá en convergencia con ese abandono de la fe ciega innamorata y ese descrédirto de los absolutos amorosos? Y para relativizar esos absolutos ¿qué mejor ambivalencia que tirar de humor?
La ambivalencia ¿no es una puerta y una puesta en balanza y en balance? ¿No es una puerta para comenzar una nueva vida, una vez más, y para responderse a la pregunta ¿voy a seguir así? ¿Voy a seguir como el único espectador de un teatro llamado soledAD, en el que hablo a solas y a gritoa como en el mas burdo y triunfador reality?

El jardinero dijo...


Gracias por el comentario.


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Anónimo dijo...

Aunque muchos parejas parecen seguir juntas... como quien milita en sindicato de casados... como quien se fortifica en una empresa LLAMADA matrimonio... o en pareja conviveN para mejor defenderse a dúo de las crisis y deterioros... y otros miedos u amenazas...
APIS O FLANAGAN DHULÍ.
GRACIAS.
ANONIMUS OBISPUS