“Nuestra vida está
hecha más por los libros que leemos que por la gente que conocemos”.
-Graham Greene
(En la imagen "Femme lisant" de Julio González)
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3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Con austeridad y con humildad Montaigne vive con sus clásicos en su torre circular de BURDEOS. Y pensándolo bien ¿qué mejor que los círculos como constructor de su espacio para un pensador que daba vueltas y vueltas a las cosas?
Aquellos libros del padre Arrupe, del soldadito de plomo o de las mil mejores poesías de la lengua castellana, eran nuestros clásicos, en cuanto volvíamos una vez y otra sobre ellos. Aquellos libros que nos esperaban en un anaquel donde también se alojaban las correas de los perros, dos pastillas de jabón Lagarto y un Fray Escoba de escayola al que le faltaba un brazo, aquellos libros, qué duda cabe, fueron los libros y las personas a los que conocimos y que están en nuestra vida. Me pregunto si los recuerdos de`ciertos hechos o episodios de nuestra infancia, que aparentemente ocupan un altar lateral, circunstancial, anecdótico en nuestra bío-blografía, no son en verdad los que nos han conformado y determinado nuestra histoia. Y digo en verdad, por cuanto etimológicamente responden a la raíz griega de verdad, entendida como desvelamiento de lo que Leteo lleva flotando en sus aguas subterráneas. Ejemplo: Alguien que recuerda cuando estando en el recreo de su Escuela, se creía un soldado romano que combatía contra los matojos y espinos enemigos, hasta desbrozar todo un lindero del patio...
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Con austeridad y con humildad Montaigne vive con sus clásicos en su torre circular de BURDEOS. Y pensándolo bien ¿qué mejor que los círculos como constructor de su espacio para un pensador que daba vueltas y vueltas a las cosas?
Aquellos libros del padre Arrupe, del soldadito de plomo o de las mil mejores poesías de la lengua castellana, eran nuestros clásicos, en cuanto volvíamos una vez y otra sobre ellos.
Aquellos libros que nos esperaban en un anaquel donde también se alojaban las correas de los perros, dos pastillas de jabón Lagarto y un Fray Escoba de escayola al que le faltaba un brazo, aquellos libros, qué duda cabe, fueron los libros y las personas a los que conocimos y que están en nuestra vida.
Me pregunto si los recuerdos de`ciertos hechos o episodios de nuestra infancia, que aparentemente ocupan un altar lateral, circunstancial, anecdótico en nuestra bío-blografía, no son en verdad los que nos han conformado y determinado nuestra histoia. Y digo en verdad, por cuanto etimológicamente responden a la raíz griega de verdad, entendida como desvelamiento de lo que Leteo lleva flotando en sus aguas subterráneas.
Ejemplo: Alguien que recuerda cuando estando en el recreo de su Escuela, se creía un soldado romano que combatía contra los matojos y espinos enemigos, hasta desbrozar todo un lindero del patio...
Gracias por tus comentarios.
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