“En su labor al frente de la diplomacia europea en
la guerra entre Rusia y Ucrania al mamporrero mayor de la OTAN únicamente le ha
faltado disfrazarse de Rambo. Con un sueldo aproximado de unos 40.000 euros
mensuales, Borrell (en la imagen) pidió a los europeos que bajasen la
calefacción para poder pagar el precio de la ayuda a Ucrania.
Entre la escalada
de despropósitos con las que ha ido agudizando el conflicto, la semana pasada
dijo que los crímenes de guerra rusos sólo eran comparables a las masacres de
la Segunda Guerra Mundial (olvidando, entre otras cosas, la matanza de
Srebrenica) y aseguró que Rusia no es China, no es más que "un enano
económico, una gasolinera con una bomba atómica". Con diplomáticos de este
calibre se entiende que el diálogo consista básicamente en pegar hostias y que
los fabricantes de armas estén poniéndose las botas”.
-David Torres, periodista
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