Por siglos, gente de
diferentes culturas se han referido al "ojo de la mente", o al
"ojo interior", o al "tercer ojo". Esos son todos indicios
de que hay una forma distinta para mirar el interior. En meditación, es
importante descubrir y utilizar ese modo de introspección. Debemos ir más allá
del pensamiento, más allá de la visualización, más allá de la imaginación y
realmente abrir una parte de la mente que la mayoría de la gente tiene dormida.
Ese ojo interior tiene una ubicación, enterrado profundamente en el cerebro.
Cuando lo abrimos, es nuestra forma de recibir experiencias más sutiles que las
que recibimos en nuestros estados físicos. Tal vez mirar y ver son términos
engañosos, después de todo. No necesariamente "vemos" imágenes a través
de ese ojo interior: Obtenemos una consciencia directa que está más allá de la
imagen.
-Meditaciones taoístas
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