“En la vida sexual
masculina, se observa cómo el ansia de amor que lleva a los hombres hacia las
mujeres está ensombrecida por su irresistible compulsión interior de demostrar,
una y otra vez, su virilidad antes sí mismo y ante los demás. En realidad su
objetivo es conquistar, haber poseído a muchas mujeres, a las más hermosas y
más codiciadas. Se mezcla aquí la ansiedad superviviente con la sobrecompensación
narcisista. Puede haber una compulsión a hacer alardes reiterados de potencia o
atracción erótica por efecto de una inseguridad genital y de una debilidad en
la estructura del narcisismo. No debemos olvidar que, para la conservación de
la especie, la tarea del macho es la de inseminar a todas las hembras posibles,
garantizando así la continuidad de su herencia genética.
Nos dice el
psicoanalista Carmelo Monedero que hasta la selección de las personas que
provocan en nosotros una respuesta sexual está teñida de las emociones y deseos
de la primera infancia, de las vivencias satisfactorias o frustrantes que
buscamos –inconscientemente- repetir o reparar”.
-Carmen Duran / “Amor
y dolor en la pareja” 2013
--------------------------------------------