sábado, 5 de octubre de 2019

CÁNCER MONETARIO




    Los reformistas consideraban que las cosas podían ir siempre a mejor, que se podía avanzar en la igualdad y en los derechos civiles, que gradualmente, con un esfuerzo sostenido, las mujeres podrían ser iguales a los hombres y las minorías marginadas o perseguidas iban a alcanzar una ciudadanía plena. Con quienes no contaban los reformistas era con los revolucionarios. Pero los revolucionarios no eran los iluminados de la extrema izquierda, místicos y sectarios como cristianos primitivos, adoradores de viejos tiranos y de burocracias escleróticas. Los revolucionarios de verdad, los radicales sin miramiento, los adversarios más temibles de lo establecido no eran los militantes intoxicados de catecismos ideológicos, ni los pobres que no tenían sitio en la sociedad del bienestar, ni los emigrantes forzados a jugarse la vida para huir del hambre y de la opresión. Los revolucionarios incorruptibles a toda templanza reformista han resultado ser los ricos, y con ellos, sus portavoces y propagandistas.



-Muñoz Molina dixit








------------------------------------

3 comentarios:

Anónimo dijo...


Los ricos, me parece, están por mantener la ebullición del mundo. ARDE ROMA. La templanza no es compatible. Y sin embargo, ds como la prosa con exceso de adjetivos. CADA ADJETIVO PRECISA DE SU CONTRARIO.

Le felicito por sus últimas subidas. Vale el Jardín, Jardinero. Así como los romanos construyeron los jardines que habían soñado los griegos, usted construye el Jardín, también, que habíamos soñado los metecos..

Anónimo dijo...

Prefiero operar con dos conjuntos, el de los ricos, y el de loa NO ricos. De Los ricos, los que estén por mantener la ebullición financiera del mundo en llamas. Y de los NO ricos aquellos que porten ya en su cráneo-casco el gran socavón en vez de cerebro. Los ricos serían neoclásicos por su defensa del aceite que flota sobre el agua. Fuera de toda mezcla. Defensa de la unidad compartimental de clases, gremios y géneros. Retorno al Medievo. Cosa improbable. Ya estamos en el Medievo.
Ejemplo. Véase al neoclásico Voltaire, un poner, cuando se carga las Tragedias de Shekaspeare argumentando que el inglés no respetaba la compartimentación de los géneros, mezclando las chanzas del vulgo propias de las comedias de remendones, con el lenguaje heroico propio de las tragedias.

El jardinero dijo...

Gracias por el comentario



--------------