Los reformistas
consideraban que las cosas podían ir siempre a mejor, que se podía avanzar en
la igualdad y en los derechos civiles, que gradualmente, con un esfuerzo
sostenido, las mujeres podrían ser iguales a los hombres y las minorías
marginadas o perseguidas iban a alcanzar una ciudadanía plena. Con quienes no
contaban los reformistas era con los revolucionarios. Pero los revolucionarios
no eran los iluminados de la extrema izquierda, místicos y sectarios como
cristianos primitivos, adoradores de viejos tiranos y de burocracias
escleróticas. Los revolucionarios de verdad, los radicales sin miramiento, los
adversarios más temibles de lo establecido no eran los militantes intoxicados
de catecismos ideológicos, ni los pobres que no tenían sitio en la sociedad del
bienestar, ni los emigrantes forzados a jugarse la vida para huir del hambre y
de la opresión. Los revolucionarios incorruptibles a toda templanza reformista
han resultado ser los ricos, y con ellos, sus portavoces y propagandistas.
-Muñoz Molina dixit
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3 comentarios:
Los ricos, me parece, están por mantener la ebullición del mundo. ARDE ROMA. La templanza no es compatible. Y sin embargo, ds como la prosa con exceso de adjetivos. CADA ADJETIVO PRECISA DE SU CONTRARIO.
Le felicito por sus últimas subidas. Vale el Jardín, Jardinero. Así como los romanos construyeron los jardines que habían soñado los griegos, usted construye el Jardín, también, que habíamos soñado los metecos..
Prefiero operar con dos conjuntos, el de los ricos, y el de loa NO ricos. De Los ricos, los que estén por mantener la ebullición financiera del mundo en llamas. Y de los NO ricos aquellos que porten ya en su cráneo-casco el gran socavón en vez de cerebro. Los ricos serían neoclásicos por su defensa del aceite que flota sobre el agua. Fuera de toda mezcla. Defensa de la unidad compartimental de clases, gremios y géneros. Retorno al Medievo. Cosa improbable. Ya estamos en el Medievo.
Ejemplo. Véase al neoclásico Voltaire, un poner, cuando se carga las Tragedias de Shekaspeare argumentando que el inglés no respetaba la compartimentación de los géneros, mezclando las chanzas del vulgo propias de las comedias de remendones, con el lenguaje heroico propio de las tragedias.
Gracias por el comentario
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