viernes, 11 de abril de 2008

Y EN SILENCIO...


"LA SUPERMUJER SE EXTINGUE"

No habrá otra generación de madres que cuide a abuelos, hijos y nietos a la vez.
El fin de este pilar clave del Estado de bienestar genera un gran agujero. El trabajo sin pagar, que suele recaer en las mujeres, supone un 60 % del Producto Interior Bruto.



-De "EL PAÍS"




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1 comentario:

Anónimo dijo...

Si las palabras son lo que son, y no lo que los hunos y los hotros determinen e interpreten que sean, según el patrón al que sirvan, esto” que muchos llamaron y algunos siguen llamando Fiesta Nacional (tendríamos que evacuar consulta con el Consejo Supremo Regulador de lo Nacional en su apartado Fiestas de Matar , para ver lo que determina al respecto), cuenta, en cambio, con una certeza de verdad: es un espectáculo cruel.
Hasta aquí todos de acuerdo, I supose, ya que cruel proviene etimológicamente del latín: Crudor: Sangre. De manera que mientras que al toro se lo siga “desangrando” a lo largo de la lidia, nadie levantar podrá el cartelito con el marrón donde se lee: Cruel.
Anónimo Veneciano

En un libro recientemente ojeado en unos Almacenes di con esta frase que viene a pelo: “No hay alma, por alto y solitario que en su torre vuele, que no necesite un desaguadero” (Santa Teresa de Jesús).
Pero hablando de desaguaderos, y a propósito de las relaciones entre el hombre y los animales, confieso que he llorado mas de una vez viendo la peli.documento de mi admirado Werner Herzog: GRIZZLY TIMOTHY TRODWEL. Escribo con mayúsculas su nombre, el del solitario que no tenía vida y la encontró durante los trece años en que vivió con los osos salvajes de montañas salvajemente aisladas de Alaska.
En un momento dado del film -¡háganse con su música, que Herzog nunca defrauda en esto de la musica de sus pelis-, Herzog se hace unas reflexiones sobre el tema, a partir de las secuencias con primeros planos de las miradas de los osos que grabó el inefable Timothy, incluído el que acabaría atrozmente con su vida.
No veo en la mirada de esa bestia nada de lo que he visto en la mirada de los toros en algunos primeros planos de retransmsiones en la Maestranza, un poner. Pero no lo digo yo: alguien tan poco sospechoso como Manuel Baez el Litri, padre, durante una entrevista hace un par de meses en Canal Sur, confesó a su entrevistador algo muy conmovedor: le confesó que a veces los toros hablaban con los ojos, pero especialmente
Vino a recordar con los ojos emocionados a un toro en las Ventas, en que tuvo que ir por dos veces a cambiar el estoque con su mozo de espadas como un pretexto, pues no era capaz de entrar a matar a aquel toro que esperaba en tablas, por la forma en que el animal le había mirado.

Anónimo Venenciano