"Según Joseph E. Stiglitz (EL PAÍS, 13-3-2008), premio Nobel de Economía, la guerra de Irak está suponiendo un coste económico para EE UU de cerca de dos billones de euros, más otros dos billones de euros a cargo del resto del mundo. En total, cuatro billones de euros; esto es, aproximadamente, cuatro veces el PIB español para 2007 (conjunto de bienes y servicios producidos durante 2007 en España). La aplicación de esta ingente cantidad de euros a fines pacíficos -por ejemplo, a la ayuda al desarrollo- hubiera supuesto, sin duda, mejorar la suerte de cientos de millones de personas que viven en la más absoluta pobreza. En lugar de ello, esa orgía de millones de euros se utiliza para sembrar la muerte y la destrucción, satisfacer la codicia desmesurada de unas cuantas empresas norteamericanas y el orgullo sin límites de la primera potencia mundial.
¿Quien iba a pensar que una Administración podía hacer tanto daño en tan poco tiempo? Estados Unidos y el mundo seguirán pagando las consecuencias durante decenios"
Sobre un texto de José Antonio Pozo Maqueda
NB(Tal día como hoy de 1931 se proclamó la II República)
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3 comentarios:
Relajarse con la cabeza erguida. Los trece secretos.
Como no tengo maestro, me siento, bebo aire, pongo en línea mi occipucio con el sacro, como un arco que a su vez es flecha y camino de santidad tierra–cielo.
Equilibrio de los pesos opuestos, la justa ponderación, que pedía Montesquieu, o las casillas y escaleras del parchís, con sus colores vivos de mandalas medievales. Poemas visuales.
Figuras de Naipes en simetría. El rey de corazones de Tapies y Jean Brossa se dobla a sí mismo por LA CINTURA y se covierte en una carta en simetría, reflejo isomórfico, capicúa de torso: a partir de la CINTURA la figura se dobla y recomienza del derecho y viceversa, como si fuera ella misma, en su CINTURA, frontera entre los dos mundos reales del espejo de una carta: el azogue en su doble y lo que ves.
Anoche, ya tarde, en un bonito estado tetra-rígido y oxidón del alba, me pongo en el PC a oir el consuelo en la AURORA de mis noches: “Soy yo, evidentemente”, me digo, que he reencarnado ya en otra vida al piano, mientras oigo a Agusti Fernández con Carlos López poniéndole a las notas del primero chinitas de río y al bajista cuyo nombre ahora no puedo recordar, haciendo trío. Pero ya digo, como rey doblado de Tapies sobre la tapa del piano de Agustí Fernández, así me pierdo por la Aurora a prima noche, y me acuerdo de aquello que pedía José Ángel Valente para la escritura, pero dicho con respecto a la música de Agustí Fernández: me parece una permanente, hermosísima invitación al silencio: el silencio hecho nota.
Y en estas que descubro una nota –en otro lenguaje, que he vuelto al alfabeto escrito en Internet. La nota está a pié de parcela en la portada última del territorio fraternal del Jardinero de los Cinco Sauces y los Trece secretos. Está en el barbecho final. Está en el alféizar tricolor de una ventana que se asoma a la hipnótica alborada de una fecha llamada catorce de abril, segunda República española, sección amanecer.
A DE Y
El cruel negocio de la guerra, la lacra de la historia de la humanidad.
Manando como el agua límpura y borbotoneante de las pequeñas fuentes en la entrada de la Alameda del Tajo en Ronda, surge mi agradecimiento a mis ilustres comentaristas.
Un abrazo.
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