Todavía me parece verlo: cabello oscuro, estatura media alta,
delgado y serio. Sus ojos eran inexpresivos como los de un tiburón. Cuando
hablabas con él se aproximaba un punto más de lo que se considera “normal”
entre dos interlocutores. La cabeza ligeramente inclinada a un lado y hundiendo
la mirada con descarada osadía; parecía buscar en tu interior verdades
escondidas. Se reía mucho con mis anécdotas, pero los ojos
permanecían ajenos al momento. Como si fueran de otro.
---------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario