“La psicoanalista Alice Miller (en la
imagen) insiste en que a los padres que nos han maltratado no les debemos
agradecimiento alguno y, desde luego, tampoco ningún sacrificio. Sacrificios
que se hicieron por unos fantasmas, unos padres idealizados que nunca
existieron. Cuando logremos renunciar a la esperanza de que nuestros padres nos
quieran finalmente algún día, desaparecerán nuestras expectativas y, con ellas,
el autoengaño que nos ha acompañado toda nuestra vida. Ya no creeremos que no
éramos dignos de ser amados, porque eso no dependía de nosotros sino de la
situación de nuestros padres, de cómo les afectaron sus traumas infantiles.
Los padres
maltratadores suelen reaccionar mal al cambio esencial que sufren sus hijos
cuando consiguen liberarse. Reaccionan con frustración y deseos de que el hijo
vuelva a ser como antes, es decir, sumisos, leales, que consientan el
menosprecio y, en el fondo, depresivos e infelices.
Lo que nos protege de
la ciega repetición, de maltratar a nuestros hijos como nuestros padres nos
maltrataron, es la aceptación de nuestra verdad, de toda la verdad, en todos
sus aspectos.
En definitiva, que
sólo LA VERDAD nos hará libres. No todo el mundo está capacitado para asumir
esa verdad. Muchos preferirán la enfermedad o la muerte antes que reconocerla.
Pero, para los que sí estamos dispuestos a asumir el coste, nos espera una
nueva vida.
-https://alicemillercomentada.blogspot.com
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