“En mi opinión, es lo único que nos permite
desfogarnos de una forma sincera. El sexo nos permite huir del mundo, nos refugia
de los golpes de la vida, combate nuestra rutina. Al final, nuestro instinto nos
protege de nuestra moral”.
"Todo depende de nosotros, nada está predeterminado, todos nos movemos por igual en la oscuridad, con nuestra limitada conciencia y nuestras inciertas capacidades". -F. L del Pino Olmedo
El vipassana que estamos intentando llevar a cabo
consiste en darse cuenta de que el espacio contiene la materia, que la materia
no exige nada del espacio y que el espacio no le exige nada a la materia.
Vipassana significa literalmente “ver con claridad”.
A veces, cuando me ladra un perro tras la alambrada de una finca aislada en el campo, me da la impresión que no dice "¡¡VETE DE AQUÍ!!" si no que suplica a su manera: "NO TE VAYAS..., NO TE VAYAS..., NO TE VAYAS...."
"No tenía claro si al público le interesaría su
libro. El mercado había cambiado; ahora había más escritores que lectores. Todo
el mundo hablaba a la vez y nadie escuchaba, como en un manicomio. Los únicos
libros que ahora leía la gente eran sobre dietas, cocina o gimnasia. La gente
no quería mejorar el mundo, solo querían mejorar sus cuerpos".
Queridos Reyes Magos: Hace ya algunos años que nos conocemos y sabéis bien que desde hace décadas no os pido nada para mí porque la vida me colma de regalos diariamente. Pero hoy no quiero dejar pasar la oportunidad de solicitar algo y si cuela, coló. Quiero un par de botas como las que aparecen en la foto. Calzo un 47, así que no os preocupéis porque no tenga yo suficiente pie para rellenarlas, que tengo de sobra. Si lo pedido viene con la señora (o señorita) que tienen dentro no os preocupéis tampoco por eso: tengo amor, deseo y detalles de todo tipo a cualquier hora del día (o de la noche) de sobra para ella. Tened por cierto que viene a buena casa. He sido virtuoso y honesto todo el año. A excepción, y no lo lamento, de los primeros meses en los que fui redomadamente impúdico pues, como sabéis de sobra, se cruzó en mi vida una esbelta diosa del norte que me hizo perder momentáneamente los papeles. Pero ya pasó. Podéis ver lo bien que va la herida en mi corazón. Todavía sangra un poco, pero tengo confianza en que se cerrará más pronto que tarde. Así que nada, a seguir bien y cuidado con los radares recaudadores en las carreteras. -S.P. ----------------------------------------------------------------
“Ella también le había prestado libros y había
leído sus primeros relatos y le ayudó a pulirse al tiempo que lo animaba a
seguir adelante diciéndole que lo tenía, eso que todo el mundo quiere y la
mayoría no posee: talento. Él se percató de que en cuanto escribía, era adorado
y admirado. La literatura servía para abrir piernas. Un buen párrafo era mejor
que dos copas de vino”.
En mi casa,
la familia estaba muy atareada con los preparativos de la cena de fin de año.
Había invitados de fuera y el ambiente era bullicioso e inusual. Estando en
mi despacho corrigiendo los últimos trabajos de mis alumnos caí en la cuenta de
que había olvidado una carpeta importante en la gran sala del gimnasio del
instituto donde imparto clases. Este se hallaba en las afueras de la pequeña
población en la que vivía. Decidí coger el coche e ir y volver rápidamente
antes de la cena.
Era un
pueblo tranquilo y nada conflictivo, por lo que las instalaciones no tenían
guarda. Además, el frío reinante debido a la reciente nevada era ya de por sí
suficiente motivo para que la soledad más absoluta saturase todos los locales
donde de ordinario los estudiantes se movían en despreocupadas mareas.
Al abrir el
gélido recinto di las luces que se encendieron con el blanco enfado del neón
vibrando de fondo. Recogí lo olvidado y me dispuse a salir atravesando el
pabellón de pavimento plastificado. En dirección contraria a mí veo un pequeño ser
en el suelo, parecía una desconcertada y renqueante abeja cruzando la sala a
trompicones con demenciada obstinación. ¿Dónde pensará que va…? me pregunté.
¿Estará en esa dirección su panal, su hogar, el lugar del que procede y al que
ha dedicado su pequeña y anónima vida? No le di más vueltas y me dirigí hacia
la salida. Antes de apagar las luces, cerrar y volver a casa en mi coche, que había dejado con el motor ronroneando y la calefacción puesta esperándome fuera, miré desde lejos el pequeño animal que empleaba lo
que parecían sus últimas fuerzas intentando volver al único refugio que había conocido
y donde nadie le echaría en falta.
Con el seco chasquido del interruptor de la luz, la oscuridad y el intenso frío
reinante acompañarían al descalabrado insecto en su errática y ciega travesía
mientras el mundo entero celebraba la llegada del nuevo año en un bullicioso y
despreocupado jolgorio.