“Qué habría dicho uno
de nuestros antepasados al ver esos bulevares iluminados con un brillo
comparable al del sol, esos miles de vehículos que circulaban sin hacer ruido
por el sordo asfalto de las calles, esas tiendas ricas como palacios donde la
luz se esparcía en blancas irradiaciones...
Pero los hombres de
1960 ya no admiraban estas maravillas; las disfrutaban tranquilamente, sin por
ello ser más felices, pues su talante apresurado, su marcha ansiosa, su ímpetu
americano, ponían de manifiesto que el demonio del dinero los empujaba sin
descanso y sin piedad”.
-Escrito por Julio
Verne en 1860 (!)
(Citado por Ricardo de
Querol en Retina)
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