Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan
abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que
deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a
todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida;
cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis;
cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a
ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la
desesperación, entonces la crisis habrá terminado.
Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen
en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de
los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se
compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra
cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por
cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos
convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.
-Concha Caballero (aquí el artículo completo)
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