viernes, 4 de mayo de 2007

PAREJAS POR DERECHO


“Cierto profesor tailandés de universidad, que enseña antropología, me dice:

- Los matrimonios por amor no duran, salvo que haya complicidad mental. Un matrimonio no sobrevive si está basado en la atracción física.

Algo muy semejante pensaban mis abuelos, cuando el divorcio era imposible. Mientras su origen sea cosa distinta de una explosión amorosa, el matrimonio tolerará casi cualquier independencia práctica de sus componentes, y por eso mismo está llamado a pervivir hasta la viudez (...) Ahora miro a las parejas de viejos con envidia: mejor o peor preparados para morir, e incluso mejor o peor avenidos, haber pasado toda la vida juntos debe llenarles de ternura y confianza, incluso de orgullo. Echo de menos un mañana obligadamente rendido al otro cónyuge, aunque el hoy esté lleno de libertad”.



- Antonio Escohotado "Sesenta semanas en el trópico"




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2 comentarios:

Anónimo dijo...

viernes 4 de mayo de 2007
KOAN: ¿QUÉ SONIDO PRODUCE LA ESCRITURA CON UNA SOLA MANO?

Toda ética requiere de la alteridad. Hasta los ángeles del Dante en la Vita Nuova, es decir, en la vida a partir de la ilusión en luz de amor y hasta de la misma inteligencia innamorata, inquieren al SUMO HACEDOR si no sería posible que tuvieran en la cerrada perfección del Paraíso la presencia de la belleza radiante de Beatriz.
Levinás ha fundado toda su ética en el principio de la alteridad.
El mes que viene, en cuanto mejore y pueda volver a escribir con las dos manos, daré un homenaje a dos de mis autores fundantes. De ellos transformo la idea del título, al variar el conocido koan de la palmada sorprendente dada con fuerza y la pergunta siguiente: "¿Cómo sonaría una palmada dada con una sola mano?"
Yo, que llevo para dos meses escribiendo sobre el teclado con la mano izquierda,
-el parkinson se venció hacia el lado derecho de mi eje- me he hecho mía aquellas atinadas y agudas recepciones y a su vez te pregunto: ¿Cúal es el sonido cuando escribes con una sola mano?
Abrazzzos, jardinero.

salvador ramos

El jardinero dijo...

Con una sola mano me apoyaba en los balcones de hierro frio y viejo del Puente Nuevo de Ronda, cuando en las mañanas lluviosas de invierno iba a mis clases en el Castillo. Del fondo del Tajo subia el viento que a veces traía pulverizada agua de la cascada de lo hondo y no necesitaba la otra mano para oir el bramido marrón de la Madre Naturaleza y sentir el gozo único de estar vivo. Dice el poeta "Todos somos madera, y el fuego es eterno". Y digo yo "Todos somos humanos, pero que buenas están ellas".
Mi mejor abrazo para tí también.