
¿Qué es la libertad sino el esfuerzo de romper las propias cadenas, de trepar con gran cautela y dificultad por los empinados muros de la caverna para ver al fin el Sol?
¿Qué sería de la libertad si el filósofo, después de ver el Sol, no regresase a la caverna para trasmitir a los hombres que lo que ven no es más que una ilusión, que la libertad real radica en la conciencia de la verdad?
(...)”Conócete a ti mismo”: la verdadera raíz de la libertad está en esta clásica sentencia griega. El autoconocimiento siempre ha supuesto una superación de las limitaciones, una adquisición de la madurez, un modo de llegar a materializar el ser que se es en potencia.
En un sentido estricto, la libertad no existe, sino que la adquirimos.
- De “La vida autentica” de E. Fromm (courtesy of Isbth)
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