viernes, 11 de mayo de 2007

ALGO MÍO




Puede llamarse a este texto el de las prudentes comillas. Paso a explicarme: Estos “pobres” padres a los que su hija les ha salido tan “mala” que la entregan a las instituciones para que la “eduquen” porque ellos ya no “pueden más” probablemente sentarán precedente. Yo quisiera apuntar una hipótesis de trabajo. Dado que la sociedad en la que vivimos reclama una responsabilidad individual para su “correcto” funcionamiento, cuando se incumplen dichos cometidos se generan reclamaciones que pueden ir en distinta dirección: del ciudadano hacia el Estado, de éste hacia el ciudadano, o de estos entre si (véanse la acumulación de asuntos pendientes en los juzgados). Podemos considerar por tanto que ser padres es una función social de primer nivel y la dejadez en dicha función deviene en un perjuicio colectivo, por lo antedicho podría considerarse de recibo que quien delegue funciones que les son propias en instituciones estatales o autonómicas deberán abonar una “multa” o “impuesto especial” -mientras dure la acogida- por obligar a que otros pongan “método” donde ellos no supieron qué poner.
Traer hijos no es asunto banal a pesar de la frivolidad con la que nos embarcamos en la empresa. Y por supuesto –aunque esto suene ya manido- la educación y la enseñanza de los límites es responsabilidad de los padres primero y siempre, y la de los colectivos docentes complementar y completar dicha estructura primordial.

Si no tienes pensado regar una planta, no la siembres. Y si quieres sacarle partido fórmate y aplica lo que aprendas. Herrigel cita una frase de su maestro japonés de tiro con arco que dice aproximadamente: “Quien no quiere enfrentarse con dificultades al principio las tendrá y peores más adelante”.




(En la imagen una pintura de Murillo)





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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Formidable la corrección hecha a este articulo.

El jardinero dijo...

Me siento muy honrado por tu generoso comentario.