
Una joven estudiante dijo a su serenísima guía de Meditación:
- Maestra, una amiga tuya estuvo hablando mal de ti.
- Espera - le interrumpió la filósofa - ¿ya hiciste pasar por las tres puertas lo que vas a contarme?
-¿Qué tres puertas?
- Sí. La primera es la Verdad ¿Estás segura que es totalmente cierto lo que vas a decirme?
- No, lo oí comentar a unos vecinos.
- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda puerta, la Bondad. Lo que quieres decirme, ¿es bueno para alguien?
- No, al contrario.
- Y la última puerta es la Necesidad ¿Es necesario que yo sepa lo que quieres contarme?
- No, no es necesario.
- Entonces -dijo la sabia mujer sonriendo- si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, mejor será olvidarlo para siempre.
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2 comentarios:
Me ha encantado la historia y que necesarias son esas tres puertas antes de hablar, podriamos evitar tanto daño si meditasemos por un segundo lo que vamos a decir.
Gracias por la autenticidad y la sencillez de tus comentarios.
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