“… decide bañarse. El
agua de la superficie está caliente, pero cinco centímetros abajo el agua se
vuelve fría. Ve la vida de los peces, allí, serenos y buenos, y les dice buenos
días, señores peces. Y el agua está muy limpia, eso piensa durante los 10 primeros
minutos. Pero, ¡oh sorpresa!, de repente aparece en el fondo arenoso un mechero
de plástico boca abajo, en una posición que casi parece contener un misterio o
un significado. La boca de la llama está tocando la arena, está curvado, y se
mantiene de pie. ¿Qué clase de ser humano es capaz de arrojar un mechero al
mar?, piensa el turista enamorado. Le entra un ataque de pena. La basura avanza
por todas partes. Los gobiernos son incapaces de legislar sobre la basura
porque ellos mismos son basura y nadie legisla para autodestruirse, por eso la
basura es imparable, piensa el turista enamorado. Los presidentes de gobierno,
los jefes de estado, las monarquías, las repúblicas, los líderes de la
oposición, los presidentes de los consejos de administración, están simbolizados
en ese mechero arrojado al mar. Todos somos basura, pero basura enamorada.
-Manuel Vilas en EL
PAÍS
-------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario