miércoles, 27 de junio de 2012

MENTIDEROS

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Soy un veterano en Meetic. He salido con unas 30 chicas y creo ser uno más, no tengo diferencias con ellas. En el fondo yo tampoco quiero estar solo, o quizá es que soy demasiado promiscuo como para afianzar una relación. Las mujeres de este sitio me han dado mucha compañía, pero nunca jamás me han quitado la soledad. He utilizado todo mi arsenal para llevarme a la cama a toda la que se ha cruzado en mi camino y ellas, algunas, me han copiado. La página de contactos Meetic es un mar de barcos hundidos, un espejo roto, una sartén quemada, un guiso pasado de sal, un Ferrari sin motor. Por experiencia sé que es como la estrella del árbol de Navidad: bellísima por fuera pero de cartón por dentro. Necesitamos a Meetic como si de un prostíbulo se tratara, entramos con nuestra mejor foto, esa que no refleja la realidad de un lunes por la mañana. Llegamos a creer que podremos hablar con los sueños impuestos por nuestra hiper imaginación. Ocultamos nuestras sombras y no sabemos que nos delata nuestra perfección mal entendida por nosotros mismos. El sexo domina gran parte de la necesidad de vendernos porque, para ellas, a estas alturas ya no quedan jugadores del Madrid solteros y para nosotros la mujer perfecta es aquella que puedes dejar sin pensar más de una semana en ella, porque enseguida queremos a otra. 
Nuestra generación es egoísta, promiscua, desconfiada, violenta, ¿qué mas podemos esperar? ¿qué queremos? Yo ya he decidido mi destino, moriré viejo y solo pero no me engaño a mi mismo ni a los demás.


-Roger Farihna




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