En el contexto del
sexo ¿es el deseo un placer en sí mismo? No exactamente. Se parece más bien a
una llave a la espera de que la hagan girar, o un picor que espera ser rascado.
El deseo solo es verdaderamente placentero cuando su satisfacción está “al
alcance de la mano”. De lo contrario, es placer atrapado en la esperanza, una
forma de agitado cautiverio mental.
-Ian McEwan
(El entrecomillado es
mío)
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4 comentarios:
Sin soledad y sin pasión por el silencio, sìn excitación y sin
retención de todo el cuerpo, sin titubeos ante el miedo, sin eremita y sin
desierto, sin ángulo y sin sombra, sin memoria de la montaña, del rayo y de la gruta,
sin sentir sacudidas y sin sentir espasmos de
erotómano que acabarán en la
estación de todas las
melancolías... no podrás recobrar el alba de todas las albas, su alegría.
PASCAL QUIGNARD-
Brillante.
Gracias.
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De la poesía china me gustan su inmediatez, su claridad y su sabidurìa.
De otro lado, ya Erza Pound destacó las convergencias, incluso de estructura, entre la poesía latina y la de la China imperial.
Derrida citaba una frase de Catulo en la que comentando unos versos de Petronio, o acaso era al contrario, destacaba que en cualquier relación de poder -seducción- es preciso no adelantarse, ni tampoco atrasarse en los movimientos.
Ir a la siembra de tiempo con humildad, al mismo paso, y recoger los frutos no anes ni después, pero siempre con agradecimiento.
GRACIAS POR TU APORTACIÓN, MAESTRO.
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