El llamado coregasmo o
abdorgasmo ocurre al estimular la musculatura del core (el área que engloba
toda la región abdominal y parte baja de la espalda) o únicamente los
abdominales. La ciencia lo descubrió a mediados del siglo XX: fue el
investigador norteamericano Alfred Kinsey (1894-1956) considerado el padre de
la revolución sexual, quien encontró que en torno a un 5% de las mujeres que
participaban en sus encuestas reconocían haber alcanzado el orgasmo mientras
practicaban ejercicio.
Los ejercicios con los
que más se consiguen son los abdominales, así lo confirmaron el 51% de las
encuestadas. Después los entrenamientos sobre bicicleta o el spinning, con el
que llegaron el 19% de las participantes. También es posible alcanzarlo con el
roce de las cuerdas en prácticas como el shibari (una técnica japonesa que
busca el placer a través de ataduras y suspensiones, como en la imagen).
Joy Davidson, autora
del libro Fearless Sex, cree que la clave es tener muy desarrollada la
musculatura pélvica: “Al endurecerla se activan los impulsos”, opina.
-Silvia C. Carpallo
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