La misma fascinación que sentimos por una persona ya significa que hay una posibilidad de aprendizaje para nosotros en esa relación. Cuanto más difícil sea más fácilmente tomaremos contacto con la sombra enfrentándonos a nuestras angustias, miedos, dependencias y egoísmos. Nos sirve para abrir las heridas inconscientes, hace aflorar los conflictos no resueltos, las necesidades que no han tenido respuesta. Cuanto más conflictivas sean más reveladoras resultarán. ¡Qué magníficos crisoles para trabajar con uno mismo! Tomar conciencia de nuestra capacidad para atraer hacia nosotros aquello que necesitamos para realizarnos es el primer paso para la transformación; nos abre el corazón, nos impulsa a amar, a existir dentro del amor.
Guy Corneau / "La sanación del corazón"
(Dibujo S. Ramos)
(Grateful to Betty)
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3 comentarios:
Si señor, muy buen análisis. Sigo con besos de lana calentita.
http://lacomunidad.elpais.com/puerto-libre/2009/1/10/el-perro-quevedo#comments
Dedicado con mimos, a Tillo.
Guau..!!
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