sábado, 7 de junio de 2008

REGRESANDO SOLO DEL PASEO


Embelesado por el vino,
me olvido del crepúsculo,
hasta que los pétalos cubren
los pliegues de mi túnica.
Embriagado, me levanto y regreso,
llevado por la luna del arroyo.
Los pájaros se han ido,
y yo me quedo solo.



Li Bai (702-762)




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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy no he podido pasear en silencio por su jardín. ¡¡Demasiada belleza!!

La sensibilidad es un arma de doble filo, pero bendita arma. Es ella la que me hace comprender, admirar y disfrutar en su jardín.

Descubro que mi maquillaje le hizo confundirme con otra geisha, pero no dejo de gustarme su respuesta.

El jardinero dijo...

Qué saltito le da el corazón al provecto jardinero cuando, a lo lejos, ve los colores subidos de tono de los kimonos que visten las orgullosas geishas paseando por entre los sauces verdes. Mi ánimo se conforma con oír las risas despreocupadas y adivinar, por su perfume, si buscan el alivio del rocío para su cuidado jardín de oscuras arenas.
Gracias por tu aroma.

Anónimo dijo...

No sé salir del laberinto, estoy perdida jardinero, nunca supe de su existencia y aunque adoro ese jardín, siento claustrofobia y necesito verlo completo y desde el mirador.

El jardinero dijo...

Es posible que el error sea una galaxia adonde van inertes, exhaustos, nuestros sueños fustrados, nuestros deseos imposibles, nuestras respiraciones usadas. Gracias Itaca.

Anónimo dijo...

Querido jardinero, no soy capaz de interpretarte, me cuesta mucho seguirte. Ni un solo fallo por tu parte, eres completamente impenetrable.

Continuaré paseando en silencio, como parece ser que hace la gheisa, que ni siquiera sé si existe o se trata de un alter ego como sospecho; ya no sé quién es quién; todo lo cuestiono, me desconciertas unas veces, me desarmas otras y necesito respuestas que no tendré.

Todo este tiempo, he disfrutado muchísimo con tu precioso y cuidado jardín. Muchas gracias de corazón por tus comentarios y piensa que siempre estaré en el mirador donde mejor se ven los cinco sauces. MJ

Anónimo dijo...

Ay jardinero! Que ganas tengo de volver a tu jardín; me lo impide mi total dedicación a mi nueva vida, pero creo que tras el verano volveré a conquistar un poco de tiempo para visitar tu jardín a menudo. Mientras tanto me quedo recordando tu voz dulce, tu olor a incienso y el calor amigo de tus abrazos.
Un fuerte abrazo
Esther

El jardinero dijo...

Mi problema es: ¿Merece este modesto jardín, que nació para aliviar mi fortísima pulsión creativa, estas maravillosas y valientes visitantes?. Toda mi vida he caminado solo y cuando veo a unas mujeres tan sumamente valiosas como mi Esther, mi querida MJ o la sensible geisha visitando esta parte de mi alma, solo puedo decir en voz muy alta:

¡Qué vivan los libros y la lectura!