Una meditación da esta instrucción:
Imagina tu corazón abriéndose en un rojo loto.
Desde su centro sale un niño carmesí.
Saca a ese niño de tu cuerpo e imagina que él o
ella flota sobre tu cabeza. Tú, como un niño, sostienes un sol en cada mano
mientras cada pie se apoya en una luna.
Mantén esta imagen por tanto tiempo como puedas.
Es difícil sacar a ese niño. Cuando tratas, te das
cuenta de cuántas defensas has construido alrededor de ti. También te das
cuenta de cómo las experiencias de la adolescencia y de la madurez te han
manchado. A veces, podrías incluso dudar de que tengas todavía un yo puro e
inocente para sacar. Pero cada uno de nosotros lo tiene. Cada uno de nosotros
debe encontrar dentro ese niño carmesí y sacarlo. Porque esa criatura
representa la época en que nuestras energías estaban completas y nuestros
corazones no estaban preocupados por la duplicidad del mundo y de nosotros
mismos.
-Meditaciones taoístas
------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario