domingo, 1 de mayo de 2016

SÓLO PARA GENTE VALIENTE




Cambiar es difícil, aunque sea para bien. Nos aferramos a lo que conocemos como si fuera lo único que existe; añoramos nuestras viejas manías como si nos sirvieran para algo; nos adherimos a los viejos amores como si todavía pudiéramos extraer algo de su pulpa seca; nos escondemos tras nuestra enfermedad como si el triste beneficio de que nos cuiden, de que nos compadezcan, fuera suficiente para sustentarnos. Nos entregamos al sufrimiento como si tuviésemos que pagar una cierta culpa que no sabemos qué implacable juez interior nos impone. Nos empeñamos en repetir una y otra vez una vieja historia infantil cuyo final es siempre el mismo: nosotros siempre salimos perdiendo. Y todo esto lo hacemos sin darnos cuenta, con la misma esperanza ciega del ludópata de que una de las muchas veces en las que repetimos la jugada, ganaremos la mano y la historia saldrá bien…



-Mariela Michelena, psicoanalista (en la foto)





(Gracias Dori)

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