Cuando se estrenó la obra de teatro Tío Vania de Antón Chéjov era demasiado larga y duraba tres horas y media. Chéjov trabajó tres días en el texto y la recortó una hora. Pero cuando volvió a ser representada, la duración era otra vez de tres horas y media. “Pero qué ha pasado? ¿Le han agregado más texto?”, preguntó Chéjov. Y el director Stanislavskij respondió: “No, le hemos agregado las pausas necesarias”.
-J. Tolja y F. Speciani
(Foto Remedios Fernandez)
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