sábado, 3 de noviembre de 2012

INIQUIDADES

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La palabra que define la actuación de este Gobierno es inequidad: desigualdad social, que tiene su expresión en el manejo de los desahucios. Hay otra palabra que también se ajusta al comportamiento oficial, y que se parece mucho a la anterior: iniquidad. Por ejemplo, presupuesto cero para la Ley de la Memoria Histórica frente a la renovación del marquesado a los Queipo de Llano.
            Iniquidad e inequidad son las dos patas sobre las que se sustenta la tesitura moral de unos gobernantes que, paralelamente a la desastrosa gestión económica, obediente y servil al gran capital, muestran un patente desprecio hacia los cientos de miles de personas que van dejando en el camino, víctimas de la reforma laboral y de los recortes salvajes que se han adoptado para poder auxiliar a la banca y, sobre todo, a Bankia.
            La grosería se muestra igualmente en las ausencias parlamentarias de Rajoy y sus desganadas presencias; en los ingeniosos desplantes del ministro Wert, que considera aburridas las votaciones; en ese cínico vídeo electoral fabricado para demostrar que les gusta el pan con tomate de Catalunya... Ah, el vídeo: está realizado con tal falta de escrúpulos que resulta un elemento tan digno de estudio político como una grabación de la boda de la hija de Aznar. Grosero es el descaro con que la señora Cospedal desprotege la fauna en montes de su feudo de Castilla-La Mancha, según denuncia Ecologistas en Acción, para liberalizar la caza en dichas zonas. La caza: ese mundo verde loden de camuflaje por el que se mueven con tanta comodidad los prebostes. La caza entendida como depredación e iniquidad, en todos los terrenos.
            Así que nos movemos entre palabras, actitudes y decisiones de una brutalidad aberrante. Pero ese, siendo grande, no es nuestro principal problema. El problema será que nos acostumbremos. Y a eso vamos.



-Maruja Torres (en la imagen)





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