A tenor de las elecciones andaluzas y sus recientes
resultados, brota incontenible desde los oscuros manantiales de mi
subconsciente político la idea de que al actual presidente del gobierno y
secretario general del PSOE estos “pequeños” fracasos electorales últimos no
consiguen alterarle demasiado su atezado rictus. Son como torpes aventuras de
provincias, cuando él ya ha mirado a la cara a Europa, se han gustado, y quiere
conquistar la presidencia de la Comisión Europea.
El fin de su travesía en la Moncloa parece
acercarse. No ha sido una legislatura en absoluto fácil. Ha cumplido como
suelen hacerlo los elegidos por la belleza y la ambición, justo lo suficiente
como para ir sorteando los graves escollos que han ido apareciendo en la proa
de su Gobierno.
Es ladino también, y como tal ha cumplido fielmente
al estilo del buen gobernante “psocialista” descafeinando las iniciativas más
audaces que le llegaban desde la izquierda con la que cohabita en el poder tragando
sapos con él. Esto lo convierte en muy grato a los ojos del gran capital
europeo. Sánchez lo sabe y coquetea con ellos.
Diré a su favor que me parece perfecta su
iniciativa de aumentar los gastos en defensa, siempre e ineluctablemente que
sean para defendernos del fuego asesino de montes y haciendas, y que extermina
también la delicada e indefensa miríada de animales que los habitan.
-S. Plomo
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