PARALELISMOS

 

   Unas cuantas casas más arriba de la mía, aquí en el pueblo, hay una con un pequeño espacio delante cercado y con el suelo de terrazo. Guarda la vivienda un perro turco de pelo muy rizado, como es propio de esta raza, y totalmente negro. Ladra con vehemencia cuando alguna persona desconocida o algún gato o perro vagabundo ronda por allí. Es muy cumplidor. Siempre está atento, llueva o truene. Cuando nos oye a mi perro y a mí pasar se asoma a la puerta del jardincillo esperando alguna chuchería para cánidos de las que suelo llevar en el bolsillo. Si es de día se le ve bien a las claras con esos ojillos oscuros detrás de los rizos negros. Pero de noche las cosas cambian. Cuando nos ve pasar viene a la cancela de entrada y pone su patita delantera en el travesaño inferior de la cancela para llamar nuestra atención. 

Me rio cuando recuerdo la inutilidad de su inocente recurso. A saber: noche oscura (cerca de la casa no hay farolas) y él (todo negro) pone su pata (negra) en la puerta oscura y así espera que le veamos. La siguiente táctica sería el ladrido. Pero no ladrará. Nos conoce. Si no le hacemos caso dará media vuelta resignado y volverá al trapo arrugado sobre el duro suelo que tiene por cama.

Ah…! Se me olvidaba, se llama Negrito y me recuerda muchísimo a mí, pero no sé por qué…

-S.P.

 

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