"La culpa de todo es de Rufián (en la foto). Ese tipejo tuitero,
este indeseable golpista indepe, que no tiene puta idea de política, que ha
arruinado la economía del país, la convivencia entre españoles y el decoro
entre parlamentarios. Hasta que llegó Rufián todo andaba bien. En España no
había golpistas, los políticos no tenían actitudes chulescas, ni despóticas, ni
decían palabras gruesas. En España nadie mentía.
Además, Rufián tiene la insolencia de clamar esas
mentiras a viva voz en el mismísimo Parlamento. Tiene la desfachatez de abrir
los brazos en cruz y gritar que este país es una vergüenza.
A la puta calle. Bien hecho, señora Pastor, usted
que viene de una familia y un entorno de demócratas ejemplares, sabe bien lo
que hay que hacer. Porque no se pueden permitir estas deslealtades dentro del
hemiciclo, no debemos tolerar que insinúe tales calumnias y falsedades en la
cara del resto de honrados diputados.
Es inaceptable que Rufián diga, por ejemplo, que en
el Parlamento español manda el Ibex. No se puede permitir que siga acusando al
PP de haberse financiado ilegalmente, de haber robado, engañado y chantajeado a
todos los españoles durante cuarenta años.
También es falso que el PSOE sea su amiguete de
trastadas. Que entre los dos partidos se hayan repartido todos los poderes del
estado bajo el amparo de la corona, financiándose ilegalmente, repartiéndose
concesiones a dedo, rompiendo ordenadores, quemando pruebas cuando hacía falta,
jugando sucio, traficando con jueces y usando puertas giratorias para seguir ostentando
el poder en España.
Si le permitimos estas barbaridades, puede acabar
diciendo que todos los parlamentarios mienten. Acabará diciendo que el rey es
un ladrón, acabará diciendo que el PSOE montó su propio grupo terrorista, que
el partido popular está repleto de criminales. Acabará diciendo que partidos
tan demócratas como Ciudadanos y Vox son unos fachas. Con lo fácil y respetuoso
que sería llamarles ultraderechistas a los fachas.
Acabará diciendo que en este país los banqueros y
las grandes empresas que dan esos servicios a los que todos tenemos derecho
especulan, malgastan, desvían fondos y arruinan deliberadamente a los españoles
con la complicidad de diputados, senadores, caciques, alcaldes y ediles, sin
ningún tipo de remordimiento, solo por enriquecerse y comprarse otro chalet y
otro yate donde follarse a más putas (cuanto más jóvenes mejor).
Acabará
diciendo que las fuerzas de seguridad del estado están repletas de altos mandos
que adoran a Franco. Es más, acabará diciendo que Franco puso al rey en el
trono, y que los hijos y nietos de sus ministros montaron los partidos que, aún
hoy, manejan el cotarro. Acabará hasta cometiendo herejía contra la santa
Iglesia Católica española. Este niñato maleducado no puede llamarles
franquistas solo porque no condenan el franquismo. Es intolerable. Hay que
echarlo a la puta calle.
El resto de diputados y senadores tienen derecho a
trabajar por España como hasta ahora. Con amor, mucho trabajo, sacrificio y
dedicación, con buenas maneras y buenas palabras. Con orgullo y satisfacción.
Así no hay manera de trabajar por España, con un
tío tocando los cojones en el escaño de al lado y comportándose como un
machista, escupiendo a sus compañeros de hemiciclo, convirtiéndolo todo en un
reallity show de mal gusto. Esto no se había visto jamás. Es un loco, ve
fantasmas, está poseído por el demonio, nada de lo que dice es cierto.
No se
puede permitir que confunda a los españoles hablándoles sobre políticos
mafiosos y corruptos. Rufián tiene visiones propias de un demente. Se le tiene
que expulsar de la política porque si sigue así, acabará engañando a esos
pobres ciudadanos, incultos, adoctrinados y descerebrados, que se creen todo lo
que dice en la tele y en el Twiter. Acabará arrastrando a las gentes en su
locura paranoica y maleducada. Y, Esto, sus señorías, no puede ser.
¡Se sienten y escuchen, coño…!
-Albert Pla
(Foto y texto del diario digital PÚBLICO)
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