“Estar en compañía de
mujeres lo ha llevado a ser un amante de las mujeres y, hasta cierto punto, un
mujeriego. Con su estatura, su buena osamenta, su tez olivácea, siempre ha
contado con un alto grado de magnetismo. Cada vez que miraba a una mujer de una
determinada forma, con una intencionalidad determinada, ella siempre le
devolvía la mirada; de eso podía estar seguro. Así ha vivido: durante años,
durante décadas, esa ha sido la columna vertebral de su vida.
Y un buen día todo eso
terminó. Sin previo aviso, lo abandonaron sus poderes. Las miradas que en sus
buenos tiempos sin duda hubieran respondido a la suya pasaban de largo, pasaban
a través de él. De la noche a la mañana se convirtió en una presencia
fantasmal. Si le apetecía una mujer, a partir de entonces tuvo que aprender a
requebrarla; muchas veces, de uno u otro modo, tuvo que comprarla”.
-J.M. Coetzee /
“Desgracia”
----------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario