“En nuestra juventud, no deseábamos nada más
fervientemente que llevar una vida heroica. Teníamos el sueño de conocer a un héroe
espiritual en carne y hueso, un héroe que nos ayudase a ser mejores, un hombre
que no cayese en las tentaciones de la fama y la vanidad, que poseyera un alma
completa y responsable, dedicado a su misión, a una misión que cosechase no el
beneficio propio, sino el enriquecimiento de toda la humanidad. Nuestro querido Freud cumplió ese entusiástico sueño de juventud.”
-Palabras
pronunciadas por Stefan Zweig en el sepelio de Sigmund Freud en Londres.
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