La tasa de felicidad en España ha descendido casi treinta
puntos. La verdad es que no hay quien lo entienda. Sí, hay más de seis millones
de desempleados, pero no son mayoría. Y hay tres millones de españoles que
viven con menos de 307 euros al mes, según Cáritas, pero eso significa que la
mayoría tiene más de trescientos. Y todos ellos pueden disfrutar a diario de
las alegrías que transmiten Montoro o Guindos. En fin, también hay medio millón
de españoles que ha abandonado el país ensombreciendo a cientos de miles de
familias, pero es una parte pequeña de la nación. Y cien mil desahucios no son
tantos. Las listas de espera superan los cien días por primera vez, y al acabar
el último año más de medio millón esperaban quirófano viendo cómo se pierden
camas y personal sanitario; solo en Málaga ochocientos más doscientas treinta
camas, y ya era la provincia con la peor tasa. Pero son cifras menores. La luz
solo ha subido para todos por tercera vez en cuatro meses. A 2,9 millones de
funcionarios los congelan otra vez. Y 8,3 millones de pensionistas van a perder
poder adquisitivo cada año. Así que no acaba de entenderse que la tasa de
felicidad haya descendido. Descontados esos pocos perdedores, no se entiende.
-Teodoro León Gross
(Ilustración de Seoane)
------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario