HOMENAJE SINCERO

Hoy mi Jardín se adorna con las mejores galas porque celebramos el día de uno de los trabajos más duros que conozco: empleada de guardería.
Si ya de por si un niño, desde recién nacido hasta los veinte años (algunos muchos más), es una tabarra de órdago, una fuente continua de problemas, sinsabores y quebrantos, no quiero ni contar qué será pasar cada jornada de trabajo cuidando niñitos ajenos y quitando y poniendo pañales a cada poco a 15, 20 ó 30 bebés de toda clase, laya y condición, con sus correspondientes llantos, llantinas, chillidos y gritos... Es el mismo infierno abierta la boca de par en par.

Por eso les deseo toda la paciencia de este y mundo y el otro. Si hacen bien su labor crearán un karma positivo a su favor. Si no la hacen les acompaño, brevemente, en el sentimiento.

De nada.



-S.P.




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