Preguntas de la sección “Consultorio de Vampirella” de EL PAIS (24/07/04).
“Soy una mujer independiente y – según dicen – muy simpática, con un buen trabajo, una bonita casa y, desde hace 15 meses, un hombre a mi lado al que no comprendo. Me gusta cuidar mi aspecto –disfruto haciéndolo- y me atrae mucho el mundo de la moda (fui modelo mientras estudiaba la carrera). He notado que curiosamente, cuando me pongo más guapa, sexy, con zapatos de tacón alto y ropa bonita, mi novio está frío conmigo y parece, incluso, molesto; en cambio, es atento y cariñoso cuando me ve descuidada, despeinada y vestida con cualquier trapillo (cuando nadie se fijaría en mí). Le gusto mucho dormida y cuando estoy de bajón o ¡enferma!. Yo no suelo pasar inadvertida (la gente se fija en mí por mi aspecto, pero también por mi personalidad); nunca imaginé que no ser corriente ni aburrida y tener una imagen llamativa me dificultaría las relaciones. Mi novio –un hombre joven y culto- raramente demuestra que me aprecie y admire. Casi todos los amigos que tengo son hombres gays y me valoran más. Él me gusta mucho, aunque no entiendo qué le ocurre”
Lorena, 32 años. Madrid.
RESPUESTA:
Puede que la pasión te haya empañado el pensamiento. Tu novio no te aprecia, no te merece, y está claro que le intimidas, haces que se sienta inseguro. Intentará destruir tu brillo y tu autoestima; no se lo permitas. Muchos hombres necesitan sentirse superiores y una mujer que sobresale intelectual y/o físicamente les inquieta; esos hombres prefieren estar con mujeres dominables, débiles e invisibles o que parecen su sombra, con esas chicas –llamadas “mosquitas muertas”- que no les dan miedo (aunque a veces deseen a otras). Una mujer especial, independiente y que destaca es vista, frecuentemente, como alguien muy peligroso; si, además es llamativa, puede producir pánico.
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