sábado, 7 de julio de 2007

ORGULLO (?)



No sé por qué, pero la cuestión gay parece propicia a los malos entendidos lingüísticos. Por ejemplo: no tiene demasiado sentido decir, como suele hacerse, «homosexuales y lesbianas», porque el término homosexual designa a las personas, hombres o mujeres, a las que atrae gente de su mismo sexo. El prefijo «homo» no deriva del latín homo (hombre), sino del griego ὁμο, que significa «igual» (de ahí, por ejemplo, «homónimo», «homogéneo», etc.). Por eso mismo, resulta absurdo calificar de «homófoba» a la gente que siente repulsión por las personas homosexuales, porque «homófobo», en rigor, significa «que odia a sus iguales», cosa que no es imposible que exista, pero que en todo caso no tiene demasiado que ver con el asunto de referencia.

(...) El término gay llegó hasta nosotros no procedente del inglés, como mucha gente cree, sino del occitano (gai, alegre), del que pasó al catalán, al castellano, al francés, al portugués y, con el tiempo, al inglés. El uso anglosajón de la palabra para referirse a la homosexualidad tuvo un origen claramente eufemístico, similar al que por aquí se ha dado a veces al adjetivo «alegre», como sinónimo de «licencioso» («persona de vida alegre», «viuda alegre», etc.)


- Javier Ortiz (javierortiz.net)





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1 comentario:

Anónimo dijo...

Las palabras son un bosque. Estan llenas de misterio, de vida y de historia. Gracias por tus bosques, jardinero.