Un niño pequeño
conduce
cien patos hacia el
lago
con un palo borlado:
una masa de excitado
blanco.
La posesión de
propiedad es sólo una ilusión, una construcción artificial. Si podemos recordar
que la posesión es algo que existe sólo por definición, entonces podemos dejar
la posesividad, el estar a la defensiva y la codicia. ¿Qué importa cuánto
dinero o tierra dices que tienes? No puedes realmente poseerlos.
Ni siquiera posees tu
cuerpo. La posesión última significaría control total. Nunca envejecerías.
Podrías hacerlo tan bello como quisieras. Nunca sufrirías accidentes. Pero el
hecho es que todos estamos atrapados en carne que envejece, que se deteriora,
que se enferma, y que puede ser destruida por accidentes bastante menores. No
posees tu cuerpo. Vives en una cáscara prestada. ¿Por qué no buscar la verdad
que va más allá del cuerpo?
-Meditaciones Taoístas
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