La precariedad es el signo que Zygmunt Bauman reconoce en
nuestra vida cotidiana determinada por el consumo, el nomadismo y la
marginalidad, la fragmentación de la experiencia, la cultura y la educación
masificada, el ruido ensordecedor de la comunicación global, la amenaza neomalthussiana
de un mundo que, como ya advirtió hace años Claude Leví-Strauss, avanza inexorablemente
hasta convertirse en Asia.
-Enrique Lynch
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