Comprendía de pronto que los hombres no controlan nada, no dominan nada, que todos son unos niños e incluso unos juguetes que están ahí para el placer de las mujeres, un placer insaciable y tanto más soberano cuanto que los hombres creen que controlan las cosas, creen que dominan a las mujeres, no siendo así ya que las mujeres los absorben, desbaratan su dominio y disuelven su control para, en última instancia, tomar de ellos mucho más que lo que ellos quieren dar.
-Jonathan Littell
(Foto de Emil Schildt)------------------------------
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