jueves, 19 de agosto de 2010

UNA INTERPRETACIÓN


“La necesidad de descargar emociones agresivas y no saber como hacerlo puede conducir a devorar alimentos. Es una forma de tragarte la rabia que de este modo se vuelve auto lesiva. Cuando el espíritu se silencia el cuerpo habla. Cuando nuestra boca no pronuncia lo que sentimos, traga para aliviar la tensión emocional. En ocasiones utilizamos la comida como analgésico al dolor psicológico. Así intentaríamos con algo material llenar lo innombrable, aquello que nos angustia”.



-Isabel Menéndez, psicóloga y psicoanalista




(Ilustración de M. Chong Leto

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