miércoles, 11 de agosto de 2010

SOBRE PROHIBIR LOS ANUNCIOS DE CONTACTOS


Uno se pregunta si Zapatero –y la inspiradora de la intención, la Ministra de Igualdad– tienen la menor idea de lo que es un sistema de libertades, o si se han olvidado de que la censura es un delito en España. Si el pretexto es que hay muchas personas forzadas a ejercer la prostitución, hay que recordarles que se debe perseguir con dureza a los que las obligan, pero no a quienes la ejercen por su voluntad o preferencia, que también las hay.

Sólo desde un puritanismo monjil –por mucho que ahora lo disfracen de “defensa de la dignidad de la mujer”– se puede considerar que quien ejerce la prostitución por elección está más explotado o es más indigno que quien friega suelos o se pasa doce horas subido a un andamio o baja a la mina a envenenarse los pulmones o aspira a diario el hedor de las basuras. ¿Se creen Zapatero y Aído que los encargados de esas tareas las desempeñan por gusto? No, lo hacen por pobreza y necesidad, y quizá prefieren eso –qué remedio– a otras cosas aún peores. Exactamente lo mismo que las prostitutas, algunas de las cuales prefieren alquilar su sexo –que no “venderlo”– antes que alquilar su espalda en la recogida de la fresa o sus manos en tantos menesteres hediondos o peligrosos. Jamás me detengo a leer una línea de los anuncios de contactos, luego personalmente me trae sin cuidado que existan o no. Pero si son “eliminados” por ley, no podré por menos de verlo como un pésimo síntoma de autoritarismo, intolerancia, censura, nacionalcatolicismo encubierto y totalitarismo. Zapatero y Aído sabrán.




-Javier Marías





(Ilustración de Williams Blake "The wore of Babylon")
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