domingo, 22 de agosto de 2010

FANTOCHE EN MELILLA


Imagínese veinte personas en el comedor de su casa. Es agobiante.
Imagínese tres mil personas en la puerta de su casa. Es tremendo.
Imagínese cien mil muertos iraquies en la conciencia. Pues para el botarate de Aznar no significan nada. Va a Melilla -rodeado de guardaespaldas- con el mismo discurso trasnochado de guerras, amenazas y batallitas, pisoteando incluso al que será futuro presidente del Gobierno, que él mismo designó como sucesor y no respeta, un Rajoy desnortado al que los tronados españolitos auparán a la poltrona monclovita. Como si no hubiese más partidos en España con dirigentes desnortados a los que votar.



-S.P.



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