sábado, 29 de diciembre de 2007

ESFERA AMOROSA


Bien es verdad que en el acto amoroso la mujer es institutriz de lentitud y refinamiento; combate el apresuramiento y la simplicidad. Enseña al hombre el valor del tiempo, la alianza de la paciencia y la sensualidad, a retrasar su placer, a superar la simple, la demasiado simple mecánica peniana. Prolongación y lentitud acompañan el itinerario de un goce que requiere duración y esmero para desarrollarse y florecer.
Factor de civilidad y de complejidad, el erotismo femenino mantiene a distancia tanto la brutalidad del legionario como la precipitación del adolescente.

Eros tiene que seguir siendo hijo de la fantasia para no marchitarse.



Pascal Bruckner




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