
"Somos indulgentes con los padres en lugar de acusarlos durante toda la vida del crimen de engendrar. Destruidos y aniquilados en los primeros años de vida por unos progenitores idiotizados y no ilustrados, nos han colocado "in" el mundo de la manera más vil y más abyecta y más irreflexiva y más insolente."
Las primeras páginas de "El origen" de Thomas Bernhard son un alegato radical contra el "crimen de la procreación". Un gesto, un aturdimiento, que da inicio a un inmisericorde vaciado de escombros sobre el recién nacido, arrojado ya a la pocilga del mundo donde el único paisaje de fondo, la única melodía, el recurrente leit motiv no es otro que la desgracia, la peor de las desgracias.
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2 comentarios:
No se lo que pensaran los demas , pero yo les estoy muy agradecida a mis progenitores por darme la oportunidad de conocer la vida. A pesar de sus farsas, decepciones y sueños rotos, la vida es una experiencia unica y una gran escuela para nuestras almas.
Gracias por tu comentario MJ.
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