miércoles, 7 de noviembre de 2007

PARA PETER VIERTEL


Esta noche, querido y admirado Peter, brillará en la oscuridad la anónima candelita de un bastoncillo de sándalo en tu memoria. No tenemos la misma edad física, ni nos hemos conocido en persona, pero tu literatura trasparentaba la clase de persona que eras. Cuando la muerte se lleva a alguien como tú hace que sienta más cerca y más inexorable mi propio silencio final.
Ya sólo quedamos la vieja Reina de Inglaterra y yo.



-S.P.








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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se ha ido 22 días después de que lo hiciera su mujer Deborah Kerr.

El jardinero dijo...

Decía el obituario de El País que la protegió de las miradas ajenas en el tramo final de la enfermedad y, como el perfecto caballero que fue siempre, dejo pasar a su señora primero y luego se fue él.