“Quizá sea porque camino aislado sonoramente, escuchando podcasts de Radio Clásica que me explican un cuarteto americano de Dvorák, pero mis paseos tienen una consistencia astral. A los pocos pasos, la conciencia flota libre y contempla el mundo con el volumen al cero. A las horas de mis caminatas, en el parque y el bosquecillo solo hay gente que hace ejercicio. Destacan los aristócratas de este reino, los runners, que subrayan su sangre azul llamándose a sí mismos en inglés, renunciando al prosaico “corredores”. Van equipados con armaduras de Decathlon, lucen escudos heráldicos de Nike y se saben tan dueños del parque que jamás se desvían de su ruta, milimétricamente calculada para sus marcas y objetivos. Como no les oigo venir por detrás, me suelen pasar rozando, y algún día me tirarán y me pisotearán, con el mismo desprecio con el que el señor feudal arrollaba a sus villanos con su caballo.
Los ciclistas son otra orden nobiliaria del ejercicio, de hábitos y arrogancias muy parecidos. Tienen en común la forma en que nos desprecian, como los alpinistas a los senderistas. Para ellos, los andarines somos la base de la cadena trófica, una especie que no merece ni ser depredada porque es insípida y sin nutrientes. Prefieren comer barritas energéticas”.
-Sergio del Molino
------------------------------------------
2 comentarios:
Jajaja... así es, si no llevan todos los chismes del Decathlon colgados piensan que no pueden hacer deportes. Se están convirtiendo en robots y esclavos del consumismo.
Los caminantes ya estamos en extinción.
Robots con un móvil de corazón.
--------------------
Publicar un comentario