jueves, 25 de mayo de 2023

DISFRACES PARA TONTOS

 


      “Quizá sea porque camino aislado sonoramente, escuchando podcasts de Radio Clásica que me explican un cuarteto americano de Dvorák, pero mis paseos tienen una consistencia astral. A los pocos pasos, la conciencia flota libre y contempla el mundo con el volumen al cero. A las horas de mis caminatas, en el parque y el bosquecillo solo hay gente que hace ejercicio. Destacan los aristócratas de este reino, los runners, que subrayan su sangre azul llamándose a sí mismos en inglés, renunciando al prosaico “corredores”. Van equipados con armaduras de Decathlon, lucen escudos heráldicos de Nike y se saben tan dueños del parque que jamás se desvían de su ruta, milimétricamente calculada para sus marcas y objetivos. Como no les oigo venir por detrás, me suelen pasar rozando, y algún día me tirarán y me pisotearán, con el mismo desprecio con el que el señor feudal arrollaba a sus villanos con su caballo. 

Los ciclistas son otra orden nobiliaria del ejercicio, de hábitos y arrogancias muy parecidos. Tienen en común la forma en que nos desprecian, como los alpinistas a los senderistas. Para ellos, los andarines somos la base de la cadena trófica, una especie que no merece ni ser depredada porque es insípida y sin nutrientes. Prefieren comer barritas energéticas”.


-Sergio del Molino

 


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2 comentarios:

Pequeña Luna / Xiao Yué dijo...

Jajaja... así es, si no llevan todos los chismes del Decathlon colgados piensan que no pueden hacer deportes. Se están convirtiendo en robots y esclavos del consumismo.
Los caminantes ya estamos en extinción.

El jardinero dijo...



Robots con un móvil de corazón.


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