“Hubo un día, ay de mí, en que miré un programa
matinal de la televisión de siempre: aún no me repongo. Sigo aterrado, no me
atrevo a salir de mi casa ni a quedarme en ella, a recordar las amenazas ni a
olvidarlas, a imaginar el futuro ni a dejar de pensarlo, a vivir —o eso que,
con ese nombre, hacía antes de esa mañana aciaga. Porque entendí, aquella vez,
que vivimos al borde del apocalipsis.
El programa lo explicaba bien. En España no hay
trabajo, no hay perspectivas, no hay agua, no hay cosechas, todo aumenta y aumenta,
el Gobierno no se gobierna ni a sí mismo, los extremistas amenazan, el
terrorismo acecha y los crímenes nos chorrean de sangre. No vale decir que,
pese a todos sus problemas, España es uno de los 15 países más ricos del mundo,
con una de las mayores esperanzas de vida y una de las menores proporciones de
asesinatos: 0,6 cada 100.000 personas por año, la mitad que en Francia, 10
veces menos que en Estados Unidos. No vale la pena: esto se derrumba. Nos lo
dicen, nos lo explican, nos lo repican, nos lo aplican, lo creemos, nos da el
escalofrío. Es el famoso apocalipsis”.
-Martín Caparrós
---------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario