viernes, 12 de agosto de 2022

UN DESMESURADO Y VALIOSO REGALO

 


   “¿Qué andas buscando Samurái? ¿Te has perdido? ¿Acaso el luchar no tiene sentido? Ya lo veo, ahora lo entiendo. Te han arrancado el corazón. Ese deseo de ser distinto. De alcanzar y amar. No entiendes a la sociedad y su degenerado aspecto. Por eso vienes aquí a ver si te escondes. Si logras descansar.

Este no es lugar para tu paz, Samurái. Encontraras peores batallas. Que podrían destruirte si no estás preparado. Y aun así lo estés, te sorprenderán. Sí, porque eres joven. De espíritu fuerte y por tanto débil. Muestras lo que eres aunque pasas la vida escondiéndolo.

No, no soy sabio Samurái. Soy otro perdido como tú. Quizás he vivido un poco más. Pero soy igual de humano. Cometo errores, tomo malas decisiones y me caigo, solo para volver a levantarme. ¿Por qué me levanto? ¿Acaso tenemos otra opción?

Tú que crees haber visto tanto, aun no has visto nada Samurái. Este es solo el comienzo de una larga aventura, de mucho dolor, de felicidad, de experiencias y enseñanzas. Por eso te aconsejo, que no guardes tu espada. Al contrario, mantenla afilada y lista para el combate.

No me pidas más consejo. Solo sigue caminando. Aléjate de aquí a tu próxima prueba. Deja de esconderte y enfrenta tus demonios. Y hagas lo que hagas Samurái, después de asegurarte de haber aprendido y de todo lo pasado...no mires hacia atrás. Nunca mires hacia atrás. Solo hacia el frente. A lo nuevo, lo inexplorado. A lo que puede alejarte de tu pasado.

Ahora, deja a este viejo en paz y no mires hacia atrás. Soy un ser perdido en el tiempo. Quien no se atrevió a caminar. Pase la vida preguntándome, qué hubiera pasado...si tan solo hubiese tenido el valor de llevar una espada y soportar las heridas que al sanar me hiciesen más fuerte. Pero eran tantas las probabilidades de fracasar que perdí las ganas de caminar. Aquí estaba bien; conforme con no hacer nada y atormentado por mí desgracia.

Así que me quede aquí; viendo el tiempo y el pasado. Imaginando el futuro porque lo veía como una historia en mi mente. Así era feliz y pase los años. Cuando vine a despertar no era más que un pobre anciano. No había vivido nada. Solo imaginaba experiencias; palabras que no dije, momentos que viví de una forma y en la mente las cambiaba por otras.

Quizás este era mi propósito. Encontrarte, que llegaras aquí a esconderte. Para yo decirte que sigas tu camino. Que busques por ti, que busques por mí y que busques por ella. Sí, porque veo el amor en tus ojos. Ella no está a tu lado, pero está cerca. Camina un poco más. Camina por todos.

No regreses, así sabré que estas bien. Pero de igual forma me dará curiosidad. Quiero saber cuál fue el destino de este viajero. Así que regresa un día; aquí estaré. Si me encuentras vivo, cuéntame tu historia. La imaginaré contigo y sabré que serví para este último propósito recién encontrado. Si me encuentras muerto, no te de tristeza, porque me retiré de este peregrinaje llamado vida, a un lugar mejor y eterno. A otro caminar continuo sin los sufrimientos de esta vida. Allí caminando, Samurái, te esperaré.

No tendrás que usar tu espada, allí habrá paz y finalmente podrás descansar. Pero por ahora vive, camina, aprende y pelea. Pelea por lo justo, por lo injusto. Por el amor y la felicidad. Por proteger a otros antes que a ti mismo. Y pelea por ti, pelea por mí y pelea por ella.

Hasta pronto Samurái. No olvides al viejo que confundiste con un sabio. Regresa algún día si lo deseas. Pero si no, de igual manera nos encontraremos. Y allí me contaras tu historia y será mi turno de mostrarte la mía...“

 

- Sobre un texto de Suetonius


(Mi agradecimiento más sincero a Ingrid Peeter por su generosidad)

-----------------------------------------------


No hay comentarios: