Él es el arma. Por lo tanto, un guerrero entrena la
mente y el cuerpo a la perfección. Para sí mismo, busca eliminar tantas de sus
propias vulnerabilidades como sea posible. En el combate, defiende uno o dos
puntos y el resto de su atención está dedicada a la estrategia y al ataque. Sabe
que la vida no es sino un sueño fluyendo a otro.
-Meditaciones taoístas
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