Jardinero, no me atreví a entrar en tus jardines, ambos tan solitarios, sin visitantes y menos en un jueves de otoño, cita inexorable con mi particular derrotismo y el deleite de la próxima melancolía. Parece incongruente, pero es así, tal como César Vallejo lo sentía. Gracias por esta estrofa (políticamente correcta)de un maravilloso poema. Ya sabes, el ojo que todo lo ve; hablando de ojos,ahora entiendo la declaración de amor a Cospedal, la mirada es dulcísima. Itaca.
Buscando saciarme de equilibrio, pactos, sortilegios en espera de cumplirse. Cítas a ciegas. Ciegos a citas. Volavérunt. La luna. La luna. Maldita luna.
4 comentarios:
aprender es usar los musculos del alma... que bonito , profundoe inteligente, precioso el dibujo, delicadisimo y exquisito, tu, maestro.R.
Honras mi modesto jardín con tu visita. Permíteme que te exprese mi más sincero afecto.
Jardinero, no me atreví a entrar en tus jardines, ambos tan solitarios, sin visitantes y menos en un jueves de otoño, cita inexorable con mi particular derrotismo y el deleite de la próxima melancolía. Parece incongruente, pero es así, tal como César Vallejo lo sentía. Gracias por esta estrofa (políticamente correcta)de un maravilloso poema.
Ya sabes, el ojo que todo lo ve; hablando de ojos,ahora entiendo la declaración de amor a Cospedal, la mirada es dulcísima. Itaca.
Buscando saciarme de equilibrio, pactos, sortilegios en espera de cumplirse. Cítas a ciegas. Ciegos a citas. Volavérunt. La luna. La luna. Maldita luna.
Y el jazz...
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